Biografía y trayectoria musical
Primeros años
Alberto Pérez nace en Sigüenza (Guadalajara), en 1950. Sus primeros pasos musicales los dará en la Escolanía de la Sagrada Familia (1956) y en la Rondalla Seguntina (1961), con las que subirá por primera vez a un escenario y realizará sus primeros viajes. A los 16 años forma el conjunto pop “Somos”, para el que compone sus primeras canciones y graba la primera maqueta. Durante el servicio militar, en Madrid (1968-70), toma contacto con músicos guineanos, en lo que será su primer experimento con músicas no europeas. Trasladado definitivamente a Madrid (1972), cursa estudios de filología en la Universidad Complutense (sección de lingüística) y en el Conservatorio (guitarra, armonía y contrapunto). Durante estos años, pasará los veranos en distintos países de Europa, trabajando como trovador y músico de teatro.
“La Mandrágora”
En 1981 forma “La Mandrágora”, junto a Joaquín Sabina y Javier Krahe, trío al que aporta su faceta romántica y sentido del espectáculo, y con los que grabará el disco del mismo nombre que todavía hoy se edita. Se da la circunstancia de que Alberto Pérez se había vuelto a vivir temporalmente a Sigüenza, con el fin de terminar sus estudios, y se desplazaba hasta Madrid, a actuar, para inmediatamente volverse. Es la época del ferrobús plateado, que se vio interrumpida por el extraordinario éxito que obtuvo el trío y que le obligaría a residir definitivamente en la capital, dejando, por muy poco, sus dos carreras inacabadas.
“Si yo fuera presidente” – TVE. La Orquesta Alberto Pérez
En 1984 es invitado a colaborar en el programa de TVE “Si yo fuera presidente”, para el que crea un personaje inspirado en los vocalistas y crooners de los años 40 y 50, y con el que interpreta una selección de alrededor de 100 canciones célebres, olvidadas hasta ese momento. El espacio obtiene una notable popularidad, y, ante la gran demanda de actuaciones, forma la Orquesta Alberto Pérez, que dirigirá durante 12 años y con la que recorrerá prácticamente toda la geografía española. De esta época es su disco “Amar y vivir”.
“Corazón loco” – Radio 3
En 1989 acepta la propuesta de Radio 3 de dirigir y presentar un programa sobre la historia y desarrollo de la música afrocubana -por entonces muy poco conocida en España, al no existir apenas grabaciones ni documentación-, poniendo como única condición el libre acceso al archivo sonoro de RNE, que en aquel momento, antes de la implantación del CD, contaba con unos 150.000 LPs. De allí saldría “Corazón loco”, un programa sin precedentes en nuestra radio, tanto por su concepción como por su estilo, ya que Alberto Pérez, no sólo acreditaba un profundo conocimiento de los géneros, sino que, además, lo hacía con la guitarra en la mano y hablando con los oyentes. El programa finalizó con la clausura de la propia Radio 3, nunca debidamente explicada.
“Sobre la pista” y “Tiempo de baile”: encuentro con Chicho Sánchez Ferlosio
El encuentro de Alberto Pérez con Chicho Sánchez Ferlosio -cuya relación de amistad duraría 15 años, hasta la muerte de este último, en 2003-, dio como fruto una colección de 20 canciones de baile, de distintos géneros, escritas sobre unas piezas previamente compuestas por Alberto a modo de ejercicios de estilo, a las que fueron poniendo letra juntos. Esta labor los tuvo ocupados durante más de dos años y quedó recogida en los discos “Sobre la pista” (1990) y “Tiempo de baile” (1997), producidos e interpretados por el propio Alberto y en los que participaron músicos de diversas generaciones y procedencias. Otro de los proyectos que Chicho y Alberto realizaron en colaboración fue la composición de las canciones de la película “Buenaventura Durruti, anarquista” (1999), en este caso interpretadas por Chicho.
Voz y vibráfono: Alberto Pérez y Alberto Vergara
Este fue un encuentro accidental. En 1994, Alberto Pérez tenía una gira contratada por cinco ciudades de Marruecos, y, pocos días antes del debú, el pianista que le iba a acompañar se sintió indispuesto. Le hablaron del vibrafonista venezolano Alberto Vergara, recién llegado a Madrid, que también dominaba el piano. Pero al no disponer de instrumento propio en aquel momento, y de manera casi obligada, ante la inminencia del estreno, decidieron abordar el trabajo con los medios de que allí disponían. Esta experiencia –la de arreglar e interpretar con una sola voz y 4 macillos un panorama de la historia del bolero- pondría a prueba los conocimientos y el temple de dos músicos experimentados como ellos, y Alberto Vergara la recordaría como la más comprometida de toda su vida profesional.
Vuelta inesperada a los circuitos de canción de autor. Una guitarra con sonido de orquesta.
Después del paréntesis de su experiencia con el vibrafonista Alberto Vergara y antes de ponerse de nuevo al frente de su orquesta, Alberto Pérez decidió tomarse un año sabático para desarrollar una técnica guitarrística, en la que venía trabajando desde hacía tiempo, que le permitiría ofrecer algunas de sus canciones de baile en versión trovadoresca, conservando su estructura rítmica y carácter orquestal. Y lo pone en práctica con el espectáculo “Más allá de la Mandrágora” (1995), que le devolverá a los circuitos de canción de autor, donde Alberto se reencontrará con su público más joven.
“Alberto Pérez y su Orquesta Volátil”, la juglaresca reinventada
En 2005 es invitado a realizar una serie de actuaciones en el parque del Retiro, de Madrid, bajo los árboles y sin escenario -aunque con megafonía y sillas para los espectadores-, y crea el espectáculo “Alberto Pérez y su Orquesta Volátil”, completamente cantado a capella y con un hilo conductor donde se narran las peripecias vividas junto a su amigo Chicho Sánchez Ferlosio al componer la colección de canciones de baile que hicieron juntos. Esta experiencia, donde palabra y música se funden en un auténtico ejercicio de prestidigitación sonora, cautivó desde el primer día a un público de todas las edades y llevó a Alberto hasta los escenarios de teatro, en los que actúa actualmente y que alterna con cafés, donde suele interpretar su espectáculo “Más allá de la Mandrágora”.
“Avizor Records” y Carmen Martín Gaite
La escritora Carmen Martín Gaite fue una fiel seguidora de las actuaciones de Alberto Pérez, sobre todo de las realizadas en salas de baile madrileñas durante los años 80 y 90. Con el tiempo se hicieron amigos, hasta el punto de fundar juntos el sello discográfico “Avizor Records”, con el objetivo de dar a conocer a nuevos poetas y músicos. El proyecto, financiado exclusivamente con los recitales que Carmen y Alberto celebraban y del que ya habían aparecido las dos primeras entregas, quedó truncado con el fallecimiento de Carmen, en 2000. Poco después, Alberto le dedicó el libro-disco “Poemas” (Plaza & Janés, 2001), donde traza un emotivo retrato de la escritora y que incluye, aparte de toda su obra poética, una amplia colección de fotografías inéditas.
Actividad radiofónica. Cursos y conferencias. Trabajo de actor
La imagen de Alberto Pérez cantando en directo y hablando con los oyentes, como invitado o colaborador de programas de radio, ha sido habitual durante años en las emisoras españolas, hasta el punto de haber ejercido este trabajo profesionalmente cuando su agenda se lo ha permitido, como en el caso de “Corazón loco” (RNE, 1989-90) o “A vivir, que son dos días” (SER, 1994-95). En muchas ocasiones, sus intervenciones han sido realizadas desde el lugar donde estuviera actuando en ese momento, acudiendo a saludarle muchos de sus oyentes y participando en la emisión. También ha sido requerido por universidades y otras instituciones académicas como conferenciante, casi siempre sobre temas relacionados con el bolero y la música de América, y ha participado en cursos para profesionales sobre identificación de ritmos. De sus colaboraciones cinematográficas, una de las más populares ha sido la realizada en “El viaje a ninguna parte”, de Fernando Fernán Gómez (1986).
La música en la vida de Alberto Pérez. “El trovador paisajista”
Alberto Pérez ha afirmado en más de una ocasión que la música está para disfrutarla, no para ser esclavo de ella, y hace ya tiempo que dirigió sus pasos hacia circuitos tranquilos, donde la industria, la crítica y los grandes medios de comunicación apenas hacen acto de presencia. El precio a pagar por esta personal decisión no parece importarle, y es el de que algunas facetas o etapas de su trabajo hayan permanecido inéditas para el gran público. Sin embargo, muchos compañeros de profesión admiran, por encima de su excepcional preparación técnica, variedad de registros y dominio escénico, ese profundo sentido de la independencia suyo que le ha permitido combinar dos de las cosas que más le gustan: la música y los viajes. Con razón alguien le llamó “el trovador paisajista”.
Discografía
- “La Mandrágora”. CBS, 1981
- “Amar y vivir”. Ariola, 1984
- “Sobre la pista”. BMG, 1990
- “Tiempo de baile”. Avizor Records, 1997
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